El caos y yo

adsfer Hay nuevos ayuntamientos, unos entran y otros salen, cosas de la democracia, que tiene su ventaja en la variación. A veces son rotaciones, palabra del fútbol; a veces, cambios. Cambio generacional, por arriba y por abajo. Mayores y jóvenes, se amplía la franja de edades, más variedad. El 15M ha llegado a los salones nobles; la calle y el vecindario, los movimientos sociales, la respuesta a estos años de desahucios. El desahucio es sistémico, pura rutina. El primer día de la alcaldesa de Barcelona ha sido ir a parar desahucios.   El 15M ha dado a luz gobiernos de verdad. Asistimos a una revolución incipiente, concejales en chancletas y con la banda municipal alrededor de la cabeza. A los mayores con pensión estas estampas les dan un poco de temor. Les recuerdan momentos difíciles, España convulsa. España AVE César. España Avecrem.   Pasado el tsunami, jurados o prometidos los cargos, sube la prima de riesgo, como en tiempos preRescate. Es por Grecia, ah, entonces nada. Pasado el tsunami hay que dejar que gobiernen, que se enteren de las cuentas/deudas. España está acostumbrada a que a la hora del relevo, los gobiernos entrantes, encuentren sorpresas en las cuentas, agujeros, chapuzas, ausencias, contratos firmados. A Rajoy le pasó con los números que dejó su olvidable antecesor. Ahora se supone que las cuentas de los ayuntamientos están más controladas por Hacienda, por el Estado, por toda clase de entes raros. Hasta la Troika aquella (que ya no acepta ese nombre) debe de estar en el ajo.   Pasado el tsunami municipal y autonómico, una pequeña revolución, estamos en las generales; casi no valía la pena guardar las urnas. La urnidad nacional está en vilo. Rajoy va a cambiar algo, quizá el logotipo, para dar la vuelta a esta derrota victoriosa, a este ciclo en el que la calle se rebela contra el mundo neo. Rajoy ha convocado a su partido para el jueves, y como apenas queda fútbol (¡el Zaragoza – Las Palmas!) él se va a llevar toda la atención. Está el affaire catalán, está la calle en el poder, chavales con la cinta roja de concejal, perroflautismo institucional, ¡van sin corbata! La competitividad y la precariedad han llegado a lo más alto, le rozan la propia barba rajoyante. El puro, a remojo.   Lo único que le queda, el arma letal II de Rajoy en la Zona Cero, es el miedo. Miedo retrovisor y miedo al futuro. Prima, bolsas, Grecia, inversores, Ibex. Lo lógico ante este panorama es un shock. Naomi Klein explica el modus operandi. Un susto y a cerrar filas en torno a lo malo conocido, ese señor que nunca dice nada, imperturbable. Cierra comillas.   Pero ya no podrá decir «o yo o el caos». Tendrá que decir, para ser más preciso: el caos y yo. Lo puede camuflar como una de sus erratas, lapsus, etc. Como una de las erratas de sus edecanas, el genial «saquear España».   El caos y yo.   Actualizando ese meme, Rajoy ya puede tirar unos días más.      

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